Uno de los extras más atractivos durante el invierno son los asientos calefactables. Este tipo de asientos ofrecen la ventaja de calentar la zona de contacto con el cuerpo en su base. Esto puede resultar especialmente agradable cuando uno entra en el vehículo y la temperatura es baja.

Los asientos calefactables aumentan la temperatura mucho más rápidamente del cuerpo, de lo que lo puede hacer el sistema de climatización por aire del coche. Esta ventaja, sin embargo, no debería mantenerse en el tiempo. Por ejemplo, diferentes estudios establecen relación entre las consecuencias del uso entre este extra y la reducción en la calidad de esperma en el hombre. Aunque los efectos, se supone, que tienen una incidencia a corto plazo.

Por otro lado, la exposición de un exceso de calor en las piernas, también podría afectar a la piel. Una de las afecciones comunes es el Síndrome de la piel tostada. La exposición continuada y por contacto entre el asiento y piernas puede provocar este problema.

En este sentido, algunos artículos de especialistas, recogen casos similares de esta afección en mujeres por el uso continuado y prolongado del asiento calefactable. Los panties y medias suelen ser muy finas permitiendo un contacto muy elevado. Como consecuencia aparecieron una serie de manchas reticuladas marrones. Los especialistas mostraban que el efecto era mayor incluso en la pierna izquierda que en la derecha, producto de los efectos del movimiento o pasividad en la conducción.

El síndrome de piel tostada, o cabrillas, como le conocemos aquí, por tanto se produce por una exposición prolongada de las piernas al calor. Aunque este tipo de problemas no suele tener consecuencias a largo plazo y no suponer un problema para la salud, es mejor evitarlo. Además resulta poco estético.

Por tanto, lo recomendable es usar este tipo de extras mientras el vehículo alcanza una temperatura confortable, y después apagarlo para evitar sorpresas poco estéticas

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